Dos “corcho latas” para Morena

Por: Salvador Leal Luna
No cabe duda que este “dizque” partido; es decir Movimiento de Regeneración Nacional, mejor conocido en el bajo mundo de la política como Morena, sin duda debe de cambiar de nombre y llamarse como lo he escrito aquí en estos espacios “PRIMOR”, porque no dejan a los verdaderos morenistas lleguen a cargos o puestos claves.

Digo esto, porque si no hay cambios este próximo domingo habrán de ungir como líder estatal de ese partido en Tamaulipas, a una de esas dos corcho-latas que se manejan como finalistas y que llevan por nombre, Lucero Deosdady Martínez López y la otra, Verónica Castillo Carrera.

Sin embargo, estás aspirantes, jóvenes, por cierto, traen sus propias madrinas políticas la primera (Lucero) es nada más y nada menos que Mónica Villarreal Anaya, hermana del gobernador electo, además es de Tampico, donde Mónica es regidora por Morena. En tanto, la segunda (Verónica), dicen que es de Reynosa y es apoyada por Maki Ortiz Domínguez y su hijo.

Este cuatachismo y amiguismo que el PRI acuño por años y que la oposición denunciaba, hoy es una práctica con altura de miras dentro de Morena en Tamaulipas, donde, además, el predicador de México, Andrés Manuel López Obrador, les dice a los que vienen del PRI o del PAN, neoliberales o conservadores, hoy Morena, no está lleno, sino infestado en su interior y para muestras un botón.

Por lo tanto, la balanza esta inclinada para que los consejeros que recientemente fueron electos voten. Creo que esta asamblea no debe ni de hacerse, sino que nombren a Lucero Martínez López, ya que trae la bendición de quienes serán mañana los amos, no sólo del partido, del consejo y del Estado, pero a través de otras personas.

Esta joven y que en redes sociales aparece con logotipos del PRI, pero me dicen que también participo en el PAN, pues se puede considerar que no tiene una ideología definida como política o como persona, sino que de llegar “Lucero” a la dirigencia estatal de Morena, será una persona sin poder, debido y me atrevo a decir que no conoce los estatutos de ese su nuevo partido.

Lo que sí tendrá es lidiar y si tiene poder para ello, con lobos y lobas de mar, por ejemplo, con los diputados de la fracción de Morena en el Congreso, donde simulan una unidad, pero que no existe. Aquí desconozco si una vez ungida (Lucero) como dirigente, tiene facultades para remover o nombrar a la coordinadora de esa bancada, ya que sería uno de sus primeros raund no de sombra, sino reales.

O en su caso, tener facultades para corregir o llamarles la atención a los diputados o diputadas, por ejemplo, Magaly Deandar Robinsón, Casandra de los Santos, la propia, Úrsula Patricia Salazar Mojica y otros quienes no se han comportado como fracción parlamentaria, sino como una verdadera pandilla legislativa.

Desgraciadamente no sólo se va elegir a ella, sino otros integrantes del Comité Directivo Estatal, donde dicen que se repartirán los cargos entre hombres y mujeres. Esperemos que sea una dirigencia de altura y no a caprichos del poder en turno, como ha sucedido con el PRI y con el PAN, donde Morena, ha sido crítico en ese sentido.

Veremos también, si con ese Comité Estatal, no vaya hacer de escritorio en Tamaulipas o una maceta de adorno, sino que haya la voluntad para conformar comités municipales en el Estado, porque nadie sabe con cuántos militantes activos reales son y se pagan las mentadas cuotas al partido.

Trabajo, tiene y tendrá esta chava de llegar a ser la líder estatal de ese Movimiento, porque como partido, está partido entre los neoliberales, conservadores, con los verdaderos morenos y ella, si es, viene de esas partiduras políticas y que, para el predicador de México, les tiene tirria, por no decir asco.

Por hoy es todo.
HASTA LA PRÓXIMA.
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