Así es el metro de Qatar, diseñado por un egresado de la Universidad Iberoamericana de México

Álvaro Obregón, Ciudad de México, México, América.- El metro, además de un sistema de transporte que mueve a millones de personas cada año, llega a convertirse en el emblema de una ciudad. Basta pensar en el logo rojo y azul del “underground” de Londres, los vagones grises e industriales del “subway” de Nueva York o los anaranjados del de la Ciudad de México.

Para Daniel Rodríguez Escobar, egresado de Diseño Industrial de la Universidad Iberoamericana, el reto era grande: crear desde cero el metro de Qatar, uno de los países más pequeños, con una superficie territorial equivalente a la del estado de Querétaro, pero con las terceras reservas de gas natural más grandes del mundo.

Ubicado en Medio Oriente, cuenta con uno de los ingresos per cápita más altos del globo (se ubica en el 13 del ranking que suma a 196 países). Es una nación que también cuenta con reservas de petróleo y que, en busca de diversificar su economía, durante las últimas décadas, en medio del desierto, ha impulsado el crecimiento de una ciudad futurista diseñada por las y los arquitectos más famosos del mundo, entre ellos Zaha Hadid y Jean Nouvel.

Daniel Rodríguez Escobar, quien desde hace más de 20 años radica en Osaka y crea trenes para la compañía japonesa Kinkisharyo, estuvo presente en el 2do Foro “El Valor del Diseño”, organizado por el Departamento de Diseño de nuestra IBERO, y ahí describió todo el proceso que lo llevó a imaginar, planear y construir el metro de Doha, que movilizará a miles de personas este mes durante el Mundial de Fútbol de Qatar 2022.

Como un apasionado del diseño, para quien crear trenes no es un trabajo sino “un sueño hecho realidad”, Daniel compartió, paso a paso, cómo se gesta la creación de un proyecto que impactará en la vida de miles de personas; describió desde cómo surge la idea, la forma en la que debe presentarse a los clientes, cómo descifrar lo que quieren y a veces no pueden comunicar, consejos para escuchar el feedback e incluir a la cultura del lugar en un producto que será parte de la vida cotidiana de una ciudad.

La experiencia de Daniel Rodríguez es vasta; sus trenes se mueven en Los Ángeles, El Cairo, Hiroshima y Dubai, pero en este caso había varias particularidades que debía incluir en su creación; la primera es que Qatar está en desarrollo, “si diseñas un metro para Londres, Berlín o Tokio hay antecedentes, hay un estilo definido, reglas que sigues y con ellas puedes entender lo que se debe hacer, pero en este caso nosotros fuimos quienes iban a definir esas reglas”.

Segundo, las y los cataríes forman una de las sociedades más acaudaladas del mundo, son grandes consumidores de marcas de lujo, pero existe una dualidad muy importante entre su riqueza económica y su cultura, porque son un país islámico muy cuidadoso de sus tradiciones; de hecho, “es uno de los dos países donde hay ley sharía (el otro es Arabia Saudita), y eso significa que esa ley viene directamente del Corán”. Y finalmente, el Mundial de Qatar 2022 que le puso a su equipo una fecha límite que era muy importante respetar.

El mexicano, quien es el único extranjero que trabaja como Industrial Design Office Manager de la compañía japonesa Kinkisharyo, menciona que la primera reunión con los clientes es importantísima porque no sólo vas a mostrar tu diseño: te estás presentando a ti, “ellos quieren saber ‘este diseñador, esta diseñadora, ¿es alguien capaz?, ¿de verdad podemos confiar en esta persona?’ y, lo más importante, ¿nos entiende? ¿comprende nuestra visión? ¿sabe lo que queremos hacer?”.

Si logras captar y aterrizar la idea del cliente y el proyecto avanza; lo siguiente es compartirle varios conceptos; en este caso, para el diseño exterior del metro, la compañía Qatar Rail eligió “Al Faras”, que son unos caballos árabes muy valorados por su rapidez y capacidad de razonamiento y que iban acordes al diseño del metro porque proyectan “inteligencia y velocidad”, y este “va a ser el tren automatizado más rápido del mundo y es tan inteligente que no necesita un conductor”.

Una vez presentadas las primeras versiones, a Daniel le pidieron cambios en los costados porque les parecía demasiado “ordinario” y le preguntaron “¿por qué las ventanas son rectangulares?” y al explicarles que era por motivos de “eficiencia”, se dio cuenta de que para ellos esa respuesta era ajena porque en su arquitectura todas las ventanas tienen arcos y las estaciones del metro siguieron este patrón, entonces decidió tomar eso en cuenta para su nueva propuesta que incluía formas geométricas en el diseño.

Y ahí está el reto, ¿cómo lograr un diseño atractivo, que respete la cultura y sea funcional sin incrementar demasiado los costos? El diseñador de la empresa Kinkisharyo revela que ese ajuste en las ventanas “cambió por completo la imagen; lo combinas con un gráfico especial y de pronto ya tienes un tren que es completamente diferente a cualquier otro en el mundo. De donde lo veas, ya se sabrá que este es el metro de Doha”.

Sobre el diseño interior, Daniel Rodríguez señala que tanto en Japón como en Medio Oriente las personas de cualquier estrato social viajan en el metro y por ello la calidad que tienen sus trenes y la atención al detalle por parte de los usuarios es mayor: “me dicen ‘oiga, pero mi esposa dice que le gustaría tener más espacio para las bolsas del shopping, oiga es que mi hija dice que cuando se sube al tren le gustaría tener un espacio para los niños’; están pensando en que lo van a usar las personas y sus familias”.

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