El artista debe determinar las normas desde las cuales debe verse su obra

La curadora Suset Sánchez dictó en la UAM la conferencia Políticas de archivo. Entre el estudio del artista y la esfera pública.

Tlalpan, Ciudad de México, México, América.- Nadie mejor que el propio artista para determinar lo que busca generar con su obra, y que bajo ningún concepto sea musealizada y privada de la potencia política que la creación pueda tener para escapar de las estructuras impuestas, aseguró la maestra Suset Sánchez Sánchez, en la Casa de la Primera Imprenta de América de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

Al dictar la conferencia Políticas de archivo. Entre el estudio del artista y la esfera pública, la curadora y crítica de arte explicó que el creador tiene necesariamente que ser consciente de que su tiempo es perecedero y su obra le va a trascender y nadie mejor que él para pensar cómo quiere ser entendido, comprendido y las circunstancias en que esas prácticas –objetuales o inmateriales– se dieron y cómo quiere transmitirlas.

Cada vez que compran una obra los museos están obligados a respetar las cláusulas del contrato, “aunque muchas veces el artista no está consciente del ecosistema del arte contemporáneo porque está sometido a dinámicas de producción y de circulación de su creación, pero no todos tienen la suerte de tener las condiciones materiales de contar con un estudio, un asistente y ayudantes que estén al tanto de estas cuestiones”.

El creador determina las normas desde las cuales quiere que se vean sus piezas y trata de evitar la fetichización “o esta manera de estetizar el archivo como un elemento más decorativo dentro de la museografía de una exposición”; es la manera en que el artista puede regular y hacer que las instituciones comprendan la naturaleza de una obra para no ser mal interpretada.

Sin embargo, en las dos últimas décadas todo aquello que forma parte del ecosistema vital del estudio y del autor que trata de museonalizarse y estetizarse representa un uso abusivo de las formas expuestas de los archivos que han generado toda una estética que muchas veces es absurda, tal como “pagar para entrar a una exposición marcada por normativas de cómo acceder al material y darte cuenta de que el archivo es una vitrina con la cual no puedes tener una experiencia de calidad”. (Minuto 1:26:00)

Sánchez Sánchez señaló que en el archivo se condensa el pasado, el presente y el futuro de una obra de arte o de un proyecto artístico y sus posibilidades como objeto de estudio historiográfico o como materia de interés para el comisariado y, sin embargo, es necesario pensar cómo transformarlo al igual que sus políticas en una herramienta para el cuidado del autor y su trabajo en las actuales condiciones del capitalismo global. (Minuto 12:32)

Pero “¿a quiénes pertenece el archivo?”, cuestionó la curadora y fueron esas disputas patrimoniales entre lo público y lo privado las que la llevaron a recordar “la alarmante noticia de que el archivo del artista Juan Carlos Romero ha sido vendido a una colección privada de arte latinoamericano en Nueva York por decisión de sus herederos”, cuando él durante toda su vida defendió la condición pública de su acervo.

Este es un ejemplo extremo del desafortunado destino de un recurso que ha estado al servicio de investigadores, creadores, agentes culturales y organizaciones que han sido privados del conocimiento que en él está contenido “y corre el riesgo de quedar desarticulado y perder la potencia poética capturada en cada una de sus mónadas, en tanto signos a ser desvelados en el ritual de búsqueda que implica adentrarse en el archivo”.

El archivo hace posible atisbar el dinamismo, las inestabilidades o las incertidumbres del proceso creativo, la complejidad del mismo “y es en todo ese ecosistema que rodea y orbita sobre la obra coleccionable, exhibible, comercializable, en el que los historiadores y comisarios encontramos una fuente documental imprescindible para el trabajo científico e historiográfico, a la par de la realización de catálogos razonados y la posibilidad de trazar relatos e inclusive disentir de las narraciones preexistentes sobre la pieza de un artista”.

No obstante, “en años recientes diferentes proyectos me han enfrentado a dificultades en el ámbito de la investigación y la gestión que hubieran sido fácilmente solucionadas con apenas prestar un poco de atención a las políticas de archivo que debieran acompañar el trabajo del artista”, concluyó la especialista en historia del arte contemporáneo y cultura visual.

La doctora Yissel Arce Padrón, coordinadora general de Difusión de la Casa abierta al tiempo, indicó que la ponente cuenta con una producción vasta en arte curatorial de investigaciones, tal es el caso de la exposición Paréntesis: relatos desde la incertidumbre, que se inaugurará el sábado 11 de febrero, en el Centro Cultural de España.

En la disertación también estuvieron presentes la licenciada Ivette Gómez Carrión y el doctor Henry Eric Hernández, responsables de la Casa de la Primera Imprenta en América y del Departamento de Artes Visuales de la UAM, respectivamente.

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