Herpes Zóster: enfermedad viral poco conocida que llega con el envejecimiento

Álvaro Obregón, ciudad de México, México, América.- En el marco de la semana de concientización sobre el herpes zóster (Shingles Awareness Week 2023) que se lleva a cabo este año del 28 de febrero al 6 de marzo y es promovido por distintas instituciones, entre ellas la Federación Internacional de Envejecimiento (International Federation on Ageing), es importante que todas y todos estemos informados.

¿Qué es el herpes zóster?

El herpes zóster es una enfermedad viral que afecta a muchas personas en todo el mundo, incluyendo México. Aunque esta enfermedad es más común en adultos de cincuenta años o más, las personas mayores de dieciocho años también pueden verse afectadas; especialmente aquellas que tienen un sistema inmunológico debilitado a causa de una enfermedad o que tomen medicamentos que suprimen al sistema inmune.

El herpes zóster es causado por el virus de la varicela-zoster, es el mismo virus que causa la varicela y que podemos adquirir en la infancia y juventud. Después de que alguien se recupera de la varicela, el virus permanece vivo en nuestro sistema nervioso, más adelante en la vida, cuando bajan nuestras defensas, ya sea por la edad (inmunosenesencia) o por alguna enfermedad, el virus puede reactivarse en forma de herpes zóster.

Pero, ¿qué síntomas o signos presenta el herpes zóster? Los síntomas se presentan como dolor, ardor, comezón o sensación de adormecimiento u hormigueo en la zona en que posteriormente se presentará una erupción de ampollas, vesículas o “bolsitas llenas de líquido” en el cuerpo (cercanos a las costillas, espalda, abdomen, glúteos, piernas, brazos o incluso en la cara. Es importante aclarar que estas ampollas o vesículas son parecidas a las que ocasiona el virus del herpes simple en la boca, labios o genitales, sin embargo, el herpes zóster es una enfermedad distinta.

En México, se estima que alrededor de 90% de la población ha presentado varicela en algún momento de su vida; lo que significa que muchas personas también están en riesgo de padecer herpes zóster.

El riesgo de desarrollar herpes zóster es hasta del 20%, y va aumentando a mayor edad, después de los 75 años puede haber 10 casos por cada mil personas al año.

¿Cuáles son los factores que contribuyen a la presentación de esta enfermedad?

El envejecimiento del sistema inmune (inmunosenescencia), la presentación de otras enfermedades como cáncer, linfoma, leucemias, el uso prolongado de cortisona y sus derivados o cualquier medicamento que disminuya o debilite al sistema inmune (inmunosupresores) pueden contribuir a la presentación de este enfermedad.

¿Cuáles son las complicaciones y riesgos del herpes zóster?

La principal complicación es la llamada neuralgia pos herpética y se manifiesta como un dolor en la zona y en el trayecto por donde “viajaron” los virus; las personas lo refieren como un dolor intenso, en ocasiones insoportable, parecido a un “toque eléctrico”, “calambre” o “ardor” que puede presentarse durante la aparición de las vesículas, e incluso durante días, semanas, meses, años e incluso para toda la vida. Cuando es intenso suele ser incapacitante, provocando ansiedad y depresión.

Desafortunadamente no es la única complicación, si se presenta cerca del ojo o en el ojo puede causar problemas en la visión, si se presenta en la cara puede inflamar al nervio trigémino y presentar dolor intenso en la cara, o incluso hay casos de encefalitis (inflamación generalizada del cerebro) y hasta la muerte.

Cuál es el tratamiento?

Durante la fase aguda o presentación de las vesículas en la piel, se recomiendan los antivirales y analgésicos en caso de presentar dolor, mientras más pronto se inicie el tratamiento, menor será el riesgo de presentar las complicaciones antes mencionadas; sin embargo, la neuralgia pos herpética en muchas ocasiones llega a ser “fármaco-resistente” y al presentar poca respuesta al tratamiento con medicamentos para el dolor, llegan a ser necesarios los bloqueos del nervio afectado.

¡Prevenir es la solución! Afortunadamente se cuenta con dos vacunas que pueden ser aplicadas a partir de los 50 años de edad o a partir de los 18 años cuando se presenta alguna enfermedad que deteriore el sistema inmune.

Zostavax y Shingrix son las vacunas recomendadas, la diferencia entre ellas es que la primera contiene el virus vivo atenuado (disminuido) y no se puede aplicar a personas con su sistema inmune disminuido. La segunda es recombinante, por lo tanto, es más efectiva, ya que disminuye el riesgo de presentar esta enfermedad hasta en el 89% de las personas vacunadas. Es segura, ya que puede causar como efectos adversos sólo dolor muscular en 44.7%, cansancio 44.5%, dolor de cabeza leve 37.7%, fiebre leve en el 20.5% y diarrea en el 17.3% de las personas vacunadas. Se aplican dos dosis, la segunda al primer mes de la primera aplicación, con un máximo de dos meses de diferencia.

Además de la vacunación, es necesaria una buena alimentación en cantidad y calidad y realizar ejercicio multicomponente al menos cinco veces a la semana para mantener un sistema inmune fuerte que pueda mantener al virus del herpes zóster aislado para que no se manifieste como enfermedad. No olvides seguir las ocho recomendaciones básicas para conseguir un envejecimiento sano y activo. (5)

Te recordamos que en el Departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana contamos con un Centro para la Evaluación de las y los Adultos Mayores (CEAM) que está abierto para el público en general. Asimismo, contamos con una licenciatura en Nutrición y Ciencia de los Alimentos y las Especialidades en Obesidad y Comorbilidades y Nutrición Gerontológica.

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