Instituciones públicas de Togo, protegidas ante deudas de electricidad, perjudicando a la población

Lomé, Togo, África.- Los togoleses han descubierto por fin lo que se esconde detrás del regreso de este desprendimiento de cargas que está sumiendo en coma sus actividades económicas.

Por lo tanto, no son los “trabajos técnicos de reparación de sus instalaciones” pomposamente mencionados por la Compañía de Energía Eléctrica de Togo los que están en el origen de esta regresión en el suministro de electricidad en el país.

Desde ayer nos hemos dado cuenta de que existen estos “intocables”, en particular los establecimientos administrativos públicos (EPA) que deben millones a los CEET. Mientras que esta última tiene deudas con sus proveedores, que están reduciendo progresivamente la cantidad de energía a la empresa togolesa.

En una nota hecha pública, la Dirección General del Tesoro y de la Contaduría Pública señaló que «varios establecimientos administrativos públicos (EPA) han acumulado importantes atrasos frente a la Compañía de Energía Eléctrica de Togo (CEET)», que está experimentando fuertes «cash» tensión de flujo marcada por dificultades para cumplir los compromisos con los proveedores”.

“Para evitar interrupciones en la prestación de servicios, saldar los atrasos de las entidades involucradas es ahora una prioridad. A tal efecto, el desembolso de las subvenciones estatales está sujeto a la no acumulación de deudas frente a los operadores», subraya la nota, que añade: «Las EPA que no hayan regularizado su situación (…) podrían ver sus subvenciones menos el monto de su deuda a pagar” al CEET.

La situación es evidentemente grave. Pero nadie se ha dignado a informar a los togoleses que sufren un desprendimiento de carga. Por tanto, los togoleses ya están pagando las deudas acumuladas por estos establecimientos públicos, lo que está en el origen de la oscuridad que ha invadido a la población.

Oscuridad a pesar de los miles de millones absorbidos por los proyectos de electrificación

Desde hace varios meses, el deslastre de carga ha vuelto a Togo. El Gran Lomé, las ciudades circundantes y lejanas sufren largos cortes de energía. Una situación que repercute negativamente en las actividades económicas del país y afecta a la vida cotidiana de los togoleses a todos los niveles. A pesar de varios proyectos anunciados para garantizar la autosuficiencia energética del país, no pasó nada. Lejos de ser soluciones al problema, su implementación se presenta como una inversión inútil, o mejor, elefantes blancos y es el ciudadano quien paga el alto precio.

¿Dónde está la promesa de “garantizar la continuidad del suministro de energía eléctrica de calidad en todo el territorio nacional” hecha por el director general de la Compañía de Energía Eléctrica de Togo (CEET), Laré Diog-Bath Santiegou? Hoy, en la capital togolesa y en otros lugares, los días están marcados por cortes de energía inoportunos. Dependiendo de la zona, el tiempo y el número de cortes difieren. Los cortes duran largas horas (más de 6 horas) a veces en un día. Algunos barrios de Lomé sufren mucho tráfico de ida y vuelta, con el riesgo de dañar sus electrodomésticos. Los recortes recurrentes que sufren las poblaciones no están exentos de consecuencias sobre las actividades económicas.

Un viaje a un molino local y la observación es palpable. Cuencos y cubos de maíz están esperando que vuelva la energía para poder molerlos. “Ahora es por miedo que metemos el maíz en el molino. Debido a los cortes de energía y las regulaciones horarias, esta situación es difícil. Una señora tardó dos (2) días en conseguir su harina”, dijo Koudjo, molinero en Kpogan, un distrito periférico de Lomé.

La inactividad durante el deslastre de carga es compartida. En una carpintería de aluminio del barrio de Bè, el propietario del lugar, sentado frente a su taller, juega con los pulgares. “Estamos esperando que vuelva la electricidad. Desde las 8 de la mañana hasta esta hora (15:00 horas, nota del editor) los trabajos están parados. Con los recientes recortes ya no podemos entregar a nuestros clientes a tiempo”, lamenta Christian Akakpo.

Ante este triste panorama, los clientes deben soportar el silencio del proveedor: la Compagnie Energie Electrique du Togo (CEET). Sin convencer, a través de un comunicado de prensa del 23 de febrero de 2024, el CEET reconoció la existencia de una crisis energética, pero sin explicación. “La Compagnie Energie Electrique du Togo (CEET) se complace en informar a sus amables clientes de que las perturbaciones observadas hace unas semanas en el suministro de energía eléctrica han mejorado significativamente esta semana. Esta mejora se debe al avance en la ejecución de los trabajos de mantenimiento de las infraestructuras de producción de energía eléctrica y gas natural de nuestros proveedores externos”, se lee en la nota de prensa. Y prometer que “los equipos de la CEE T, la CEB y los productores siguen movilizados para mitigar estas perturbaciones en la medida de lo posible y están trabajando para volver a la normalidad”, afirma el documento.

Sin embargo, está claro que a pesar de esta promesa, el país sigue sufriendo cortes de energía sin ninguna mejora. La situación es peor que antes. Con una tasa de electrificación de alrededor del 59%, Togo necesita un total de 310 MW para satisfacer esta necesidad. Para dar luz a las poblaciones, además de su producción local, el país obtiene su energía principalmente de la Autoridad del Río Volta de Ghana y de la Compañía de Transmisión de Nigeria.

A pesar de varios proyectos nacionales que pregonan el fin del deslastre de carga y la autonomía energética, Togo está luchando por salirse de los caminos trillados en términos de suministro eléctrico.

Una gran cantidad de inversiones para la oscuridad

El país cuenta con una serie de centrales térmicas, hidráulicas y solares, entre ellas: Contour Global, la central Kékéli Efficient Power, la central solar Sheikh Mohamed Bin Zayed en Blitta, la central hidráulica en Kpimé… Y, sin embargo, las poblaciones siguen viviendo en la oscuridad.

Hablando de la “súper” central eléctrica de Contour Global, se anunció que producirá 100 MW. «Si la central eléctrica no hubiera existido, el 30% de la población se habría quedado a oscuras y casi el 50% habría experimentado cortes de energía durante las horas punta», proclamó Yann Beutler, director general de Contour Global Togo SA. Su implementación supone un coste total de 209 millones de dólares estadounidenses, o aproximadamente 100 mil millones de FCFA. La empresa estadounidense especializada en la financiación y explotación de equipos energéticos Contour Global ha firmado un acuerdo de concesión por 25 años con Togo.

Aunque consciente del abismo financiero que representaba y denunciado por el ex ministro de Minas y Energía, profesor Léopold Gnininvi, el contrato se firmó con gran consternación de los togoleses. Hoy, si se mira más de cerca, el funcionamiento de esta central eléctrica inaugurada en 2010 es en realidad una pérdida real para la Compañía de Energía Eléctrica de Togo (CEET), con la que Contour Global tiene un contrato exclusivo de venta a largo plazo. CEET paga a la empresa americana más de ciento trece mil millones de FCFA al año por la instalación, por una producción que no alcanza la capacidad requerida. La compañía eléctrica garantiza el funcionamiento de la instalación y se la vende a 113 francos CFA el kw. La operación de Contour Global, en lugar de aliviar al CEET, representa costos enormes.

A estos se suman otros parámetros financieros que están asfixiando a la empresa como los impagos de las facturas de las empresas estatales, el problema de las conexiones en paralelo, etc. Cabe señalar que las demás centrales eléctricas no funcionan o lo hacen parcialmente con un coste reducido por debajo de la media esperada.

Según observadores informados, estos problemas explican el regreso del deslastre de carga. A este ritmo, sólo podemos temer por la economía togolesa y la ambición de Togo de lograr una cobertura eléctrica universal para 2030.

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