Descubren en la UNAM cómo se activa el cromosoma sexual X en la lagartija “anolis”
Coyoacán, Ciudad de México, México, América.- A partir de estudios genómicos y luego de cinco años de trabajo, un grupo de científicos de México encabezado por el investigador Diego Cortez Quezada del Centro de Ciencias Genómicas (CCG) de la UNAM descubrió que un ARN largo no codificante, al que ellos llamaron MAYEX, sobre activa la expresión del cromosoma sexual X en la lagartija Anolis, para igualar la actividad de genes en machos y hembras.
El hallazgo, realizado totalmente por investigadores y estudiantes mexicanos de la UNAM y del CINVESTAV, se presenta en el artículo científico “MAYEX is an old long non-coding RNA recruited for X chromosome dosage compensation in a reptile”, el cual se publicó recientemente en la prestigiosa revista Science.
Liga al artículo científico:
https://www.science.org/doi/10.1126/science.adp1932
Este artículo dirigido y financiado completamente por la UNAM, aparecido en esta revista, subraya la importancia de este logro.
“Las lagartijas Anolis -primer reptil del que se secuenció su genoma- al igual que los humanos, presentan un sistema de cromosomas sexuales XY (XX en hembras y XY en machos). El problema en Anolis proviene de los machos, porque el cromosoma Y tiene 7 genes, pues desafortunadamente, desde hace más de 160 millones de años empezó a perder cientos de ellos. En cambio, el cromosoma X sigue manteniendo los 350 genes intactos”, explicó Mariela Tenorio, estudiante doctoral del CCG.
Hasta hace unos años, solo se conocían tres RNAs largos no codificantes que modificaban los genes de un cromosoma entero. En 1991 se descubrió «XIST» en humanos, en 1999 «roX2» en la mosca de la fruta y en 2012 «RSX» en canguros. Ahora, en la lagartija verde, «MAYEX», se une a esta familia.
MAYEX se acopla específicamente al cromosoma X de los machos y se une a una serie de proteínas que activan todo el cromosoma al doble, detalló Cortez Quezada.
“Así, tanto machos como hembras tienen el mismo nivel de expresión en todos sus cromosomas sexuales y no hay un conflicto entre los sexos, por ejemplo, que uno tenga la mitad de los genes activos y el otro no”, añadió.
Para su estudio, el grupo del CCG contó con el financiamiento del Programa de Apoyo a Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT) de la UNAM, además de que innovó en las técnicas experimentales de secuenciación y bioinformática para obtener estos resultados.