El voto popular no legitima a los jueces, sino la calidad de sus sentencias

Guadalajara, Jalisco, México, América.- Uno de los riesgos de la elección de los jueces por voto popular que iniciará este año, de acuerdo con la reforma judicial, es que se dé una idea falsa de legitimidad de los jueces. Es necesario recordar que “su legitimidad y ética no se da en automático y no hay que darla por sentado”; aseguró la Mtra. Isabel Montoya Ramos, docente de la Maestría en Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana, en entrevista con Prensa IBERO.

La Mtra. Montoya, quien también forma parte del Centro de Estudios Constitucionales, acudió en diciembre pasado a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara para presentar el volumen Ética y legitimidad judicial (consúltalo aquí), coordinado por Martín F. Böhmer y Carlos de la Rosa Xochitiotzi, realizado en el Centro de Estudios Constitucionales y publicado por la Editorial Tirant lo Blanch, 2024.

La legitimidad en los poderes judiciales “se gana de otra forma, a través de la calidad de sus resoluciones, de generar sentencias justas”, explicó. Que sean elegidos por voto popular no quiere decir que “ya son legítimos, que ya no son corruptos o que ya son cercanos a la gente”, acotó.

Para explicar cómo la reforma judicial pone en riesgo la legitimidad de los jueces, Montoya Ramos se basó en el prólogo del libro escrito por Roberto Sada. Consideró como “profundamente importante comenzar a hablar de la ética en los poderes judiciales, porque estos toman su legitimidad de una forma diferente a como se legitiman los otros poderes de gobierno”.

En este contexto, surgen otros cuestionamientos del tipo de ¿cómo se puede vigilar la imparcialidad de los jueces?, o ¿qué mecanismos se tendrán que implementar para ello?

“La independencia judicial es un derecho humano”

La Mtra. Isabel Montoya recordó que la imparcialidad de un juez o una jueza está ligada a su independencia externa e interna. La primera es la capacidad que tienen de decidir el caso sin la influencia de las otras ramas del gobierno, del Ejecutivo o el Legislativo. La segunda, también llamada subjetiva, se refiere a que la o el juzgador decide el caso sin sus propios prejuicios, que sus convicciones y creencias a nivel personal no influyen en la decisión.

“La independencia judicial es un derecho humano de todas y todos”, afirmó la experta. Es muy importante que cuando el conflicto de una persona llegue a los tribunales, “se garantice que vaya a recibir una sentencia que está hecha por una persona que tiene la capacidad, tanto interna como externa, de juzgar correctamente”.

La especialista de nuestra IBERO consideró que es coyuntural que existan estudios como el libro Ética y legitimidad judicial, ya que “es muy importante para seguir con los debates y sobre todo con la reflexión de lo que viene para para el Poder Judicial en México”.

La Maestría en Derechos Humanos de la IBERO forma profesionales capaces de promover y defender los derechos humanos en diversos ámbitos, con base en una sólida formación en la teoría general del sistema jurídico mexicano, extranjero e internacional y en los diversos mecanismos de protección nacionales, regionales y universales que garanticen su cumplimiento. Conocer más sobre su programa aquí.

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