Se trabaja manteniendo viva la lengua gagana de Tokelau

Nukunonu, Tokelau, Oceanía.- Como Waipapa Taumata Rau, asesora de medios de comunicación del Pacífico de la Universidad de Auckland, Kim Meredith (fakaofo en Tokelau y togafuafua, fuipu’a en sāmoa) se centra en elevar el maná de la investigación y las comunidades del Pacífico, y la revitalización de la lengua juega un papel importante.
Con la Semana de la Lengua Tokelauana en pleno apogeo, Kim está adoptando el tema: “Tokelau, tāofi mau tau aganuku, ko tō pale tēnā — Tokelau, aférrate a tu cultura, esa es tu corona”.
Para Kim, es un poderoso recordatorio de por qué la lengua gagana tokelauana debe prosperar.
Ella dice que para muchos habitantes de Tokelau, la lengua es más que palabras, es una forma de mantenerse conectados con sus raíces.
ESCUCHA A KIM HABLANDO CON JESSE MULLIGAN EN RNZ
“Siento que recién estoy comenzando mi viaje con el tokelauano gagana, aunque entiendo mejor el samoano gagana. Aprender tokelauano es como saber la melodía de una canción pero seguir buscando las palabras”, explica.
El viaje de Kim es aún más desafiante dado que Tokelau es tan pequeño, con poco más de 1500 personas todavía en las islas, mientras que 7000 consideran a Nueva Zelanda como su hogar, principalmente en Tāmaki Makaurau y Pōneke.
“Nuestra lengua está en riesgo, catalogada como ‘gravemente en peligro’ por la UNESCO. Menos de 5000 personas hablan tokelauano en todo el mundo, por lo que la lucha por mantenerlo vivo es real”, dice.
La lejanía de las islas también dificulta el mantenimiento de grandes poblaciones, lo que lleva a recursos limitados y a un control demográfico intencional para mantener un estilo de vida sostenible.
Lejos de su tierra natal, Kim recuerda haber aprendido palabras de Tokelau con su abuela, Akenese Pereira, cuya paciencia y aliento marcaron la diferencia.
“Mi abuela me animaba pacientemente a probar palabras nuevas. Como estudiante, te sientes vulnerable, pero ella me hacía sentir bien. Estaba allí, apoyándome, sin juzgarme”.
Kim cree que incluso hablar un poco de Tokelauan ayuda a superar las brechas entre generaciones y fortalece los vínculos con la familia y la cultura. El compromiso de honrar el idioma va más allá del vocabulario, se trata de mantenerse conectado con las raíces y la historia. “Se trata de usarlo o perderlo”, dice.
“Lo difícil de aprender es la vulnerabilidad al intentarlo”, admite. “Te das cuenta de que esperas que la gente te corrija o, peor aún, que se ría de ti. Pero luego recuerdas que el acto de hablar tu idioma, a pesar de dominarlo, te conecta inmediatamente con tu familia, tu cultura y tu historia. Eso es muy especial y empoderador.
“Mi abuela tuvo una enorme influencia en mi vida; sin duda fue una de mis heroínas. De ella aprendí el valor de la compasión y la importancia de la comunidad, un valor fundamental para Tokelau”.