De refresquitos y pobres…
Por: Marco Antonio Vázquez Villanueva
De la forma más cruel que pueda usted imaginar, gobierno y diputados le han asestado un duro golpe a los más pobres, con el aumento de impuestos han provocado que refrescos, cervezas, pan dulce, cigarros, cervezas y muchos otros productos de alto consumo entre las clases baja y media aumenten de precio hasta parecer inalcanzables.
Torpemente los impulsores de la medida se quieren justificar argumentando que hacer más caros los refrescos inhibirá su alto consumo, luego dicen que lo recaudado en impuestos se utiliza para el beneficio de todos los pobres y hasta llegan a afirmar que esos aumentos solo le pegan a los ricos que son quienes tienen para comprarlos.
La verdad es que el gobierno, incluya aquí al Congreso, saben que el refresco con pan los consume más la clase baja y media, que ocurre porque criminalmente nunca se nos ha enseñado a alimentarnos sanamente y, además, la práctica que se hizo común era más por llenar la tripa que por gusto, para engañarnos mientras teníamos para comer mejor y ahora no se puede sustituir esa cultura de la noche a la mañana porque nomás van a matar de hambre a muchos o, peor aún, provocarán enfermedades, de esas que dicen atacar como la diabetes o hipertensión, cuando la gente crea que el salario ya no alcanza para nada.
Esa es la verdad, por más caros que sean esos productos no se dejarán de consumir hasta en tanto no se eduque para ello.
Y no, el gobierno no hace nada para cambiar nuestra cultura de alimentación, mire, la Secretaria de Salud, la Secretaria de Economía y hasta la Profeco, se supone están diseñadas para cambiar esos malos hábitos entre los mexicanos, pero que se sepa en la primera parte, la de salud, los esfuerzos serios al respecto comenzaron recientemente, mientras que en las otras ni se toman la molestia de analizar el tema, son inútiles para llamarles por su nombre.
Entonces, hablar del aumento a los refrescos en nuestro México lindo y querido es lo mismo que pronosticar un incremento a la pobreza a corto plazo, porque así nos han jodido siempre, llevándonos a donde más daño nos hacemos y luego aplicándonos impuestos, atentan primero contra nuestra salud al hacernos adictos a ciertos productos y posterior a ello los aumentan de precio para que el negocio también le beneficie a los políticos, o eso parece.
Pareciera, para que vea hasta donde lleva la perversidad, que solo se autorizó el aumento a los salarios para que los trabajadores tuvieran para comprar ese veneno que mata lentamente, es más, ni siquiera para eso alcanza ya, la inflación ha superado los incrementos de sueldos, pero si subirán los ingresos del gobierno con la medida que tomaron.
De refresquitos y pobres, negocio redondo y así nuestra triste realidad…
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