Ya se registraron diez asesinatos en el campo en 2023 en Brasil

Brasilia, Brasil, América.- El informe sobre conflictos rurales publicado esta semana por la Comisión de Pastoral Territorial (CPT) reveló que 2022 fue el segundo año más violento de la última década en Brasil. La cifra de asesinatos fue notoria, un total de 47, la marca más alta desde 2018. Este año se han registrado diez homicidios, según reveló Isolete Wichinieski, de la Coordinación Nacional del organismo. Después de algunos años de políticas conspiradoras del Gobierno Federal, cree que la nueva administración de Luiz Inácio Luiz da Silva permitirá un cambio de rumbo.

“Ya comenzamos este año con diez asesinatos. Esto viene como consecuencia de años anteriores. Con el nuevo gobierno esperamos un diálogo franco y abierto, dentro de la discusión sobre la implementación de políticas que puedan garantizar la reducción de estos conflictos.

La tendencia es que el número de víctimas fatales disminuya en 2023, si el promedio de ocurrencias se mantiene como se observa hasta ahora. El nuevo gobierno enfrenta un gran desafío en cuanto al presupuesto, algo reconocido por Wichinieski. Las principales vías para reducir los conflictos son garantizar el acceso de las comunidades al territorio, con medidas como la demarcación de tierras indígenas y un buen plan de reforma agraria. Se han dado algunas señales:

— Ya tuvimos la señalización de la reanudación de las compras, por parte de los organismos públicos, de la agricultura familiar. Es importante para la producción de alimentos y el mantenimiento de estas familias en la tierra. Otra señal: la creación del Ministerio de los Pueblos Indígenas. Lo vemos con buenos ojos, pero es necesario garantizar toda la estructura y el presupuesto – dijo el coordinador.

Eso iría en sentido contrario a lo ocurrido en los últimos cuatro años. El aumento de los números observados en el gobierno de Jair Bolsonaro ocurrió, según ella, como resultado de factores como la liberación de armas, el empoderamiento de la agroindustria y las políticas gubernamentales para fomentar el conflicto, por parte del presidente y los ministros. Un panorama que Wichinieski ve fuertemente influenciado por la expansión de sectores como la agroindustria y la minería, que ganan más poder sobre comunidades más vulnerables.

— Bolsonaro declaró enemigos a los pueblos rurales, especialmente a los pueblos indígenas, además de (haber estimulado) procesos como el desguace de organismos públicos, la no demarcación de tierras indígenas, el amaño de FUNAI, IBAMA, ICMBio. También podemos mencionar que se paralizó la reforma agraria. Miles de familias sólo obtendrán sus tierras a partir del momento en que tengamos una política efectiva -observa.

El aumento en el número de asesinatos es parte de la estadística de crecimiento de los casos de violencia. En 2022 hubo 553 hechos de violencia, que afectaron a 1.065 personas, 50% más de lo registrado en 2021. En este escenario, se registraron 47 muertes, siendo los indígenas las principales víctimas: hubo 18 muertes, 38% del total Isolete llamó al fenómeno «ecocidio».

— La acción deliberada del Gobierno Federal hizo que aumentaran los conflictos y la violencia en el campo. Ya sea por estímulo u omisión, tanto en la investigación de casos como en las políticas públicas para las comunidades. Es responsable de lo que llamamos ‘ecocidio’ de los pueblos indígenas, especialmente de los yanomami”, concluyó Wichinieski.

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