Sociedad mexicana tendría que ser menos tolerante a la desigualdad: economista

Álvaro Obregón, Ciudad México, América.- “México es el país de la desigualdad. Acaso en ninguna parte la hay más espantosa en la distribución de fortuna, civilización, cultivo de la tierra y población”. Alexander von Humboldt, Ensayo político sobre el reino de la Nueva España.

La sociedad mexicana tendría que ser menos tolerante a la desigualdad y volverla un tema político ante la inexistente exigencia generalizada por reducirla, consideró el Mtro. Diego Castañeda Garza, candidato a doctor en historia económica por la Universidad de Upsala (Suecia).

Sugirió lo anterior durante su participación en el ‘Seminario Académico EQUIDE’ -del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México-, con la exposición ‘Desiguales, la historia de la desigualdad en México’.

El maestro en historia económica, por la sueca Universidad de Lund, opinó que disminuir la desigualdad en México -que a lo largo de la historia se ha mantenido estable- implica que los gobiernos en turno estén dispuestos a pagar el costo de hacer reformas fiscales, de subir impuestos, de dar paso a una cierta progresividad del gasto público.

Debido a que el modelo económico seguido los últimos 30 o 40 años no ha puesto su enfoque en temas de redistribución, sino en reducción de la pobreza -con ciertos éxitos, pero no los deseados-, el efecto en la desigualdad ha sido nulo. Básicamente, a partir de los años 80 la desigualdad de ingresos en México ha tenido cambios marginales, es decir, se ha mantenido estable, por un sistema fiscal regresivo (que recauda un menor porcentaje de ingresos a medida que la cantidad de ingresos del contribuyente sea mayor).

Castañeda -economista por la London School of Economics-, mencionó que los conflictos bélicos sí pueden tener distintos efectos en la desigualdad. Los que son devastadores tienden a reducir la desigualdad, porque arrasan con mucho capital, infraestructura y riqueza; los de baja intensidad y que son poco destructivos suelen tener el efecto opuesto, al drenar recursos y favorecer a quienes se benefician económicamente de un conflicto.

Para ejemplificar lo primero, mencionó que la Guerra de México contra Estados Unidos (1846-1848) redujo la desigualdad económica en nuestro país a consecuencia de la enorme destrucción de la economía y gran pérdida de riqueza, combinado con que el gobierno mexicano, frente a esta emergencia, tomó medidas extraordinarias: confiscaciones de propiedades, préstamos forzosos, ventas de tierras, expropiaciones; lo que fue, hasta cierto punto, una redistribución de la riqueza en una menor escala.

La ponencia del Mtro. Diego Castañeda Garza se basó en el libro de su autoría que está por publicarse: ‘Desiguales. Una pequeña historia de la desigualdad en México’. En tanto eso ocurre, realiza una estancia de investigación en la Universidad de Princeton, en calidad de estudiante de doctorado visitante.

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