Suma Camagüey, a la Academia de Ciencias de Cuba, nuevos miembros titulares

La Habana, Cuba, América.- La Academia de Ciencias de Cuba (ACC) sumó en Camagüey, a seis miembros Titulares de la institución, todos pertenecientes a la Universidad Ignacio Agramonte y dentro de ellos el Doctor en Ciencias Técnicas, Alfonso Chang Rodríguez.

Fuentes consultadas confirman que con 160 años de historia la ACC y más de 400 miembros ella se erige como fiel representante de la comunidad científica cubana, la cual perfecciona y fortalece la principal función de asesora y órgano consultivo en materia de ciencia y tecnología para el Estado cubano.

Chang Rodríguez, de profesión geólogo, formado en la Universidad Antonio Núñez Jiménez, de Moa, desde hace tres semanas presta servicios de colaboración en el Instituto Politécnico de Luanda Sul, de la Universidad de Lueji a Nkonde, de Luanda Norte/Luanda Sul en Angola, donde fue sorprendido con la noticia.

Este hombre, de solo 54 años, declaró que en ningún otro contexto social que no sea Cuba, con su práctica de equidad podría alcanzarse tal condición, de acuerdo con su origen social obrero-campesino.

En el 2019 recibió el Premio Nacional de la ACC, al año siguiente la Orden Carlos J. Finlay, en el 2021 el Premio Nacional de Innovación Tecnológica y a posteriori la Distinción por la Educación Cubana.

Academia de Ciencias de Cuba

Siguiendo su rico aval profesional el rector de la Universidad Ignacio Agramonte le otorgó un premio, luego recibió una distinción especial del Ministro de Educación Superior por sus logros y aportes científicos, tecnológicos y de innovación.

Con independencia de las horas que dedica a la docencia, actualmente fija su mirada en varias investigaciones, la principal relacionada con la continuidad sobre el yacimiento niquelífero San Felipe, asentado a una treintena de kilómetros al noroeste de la capital provincial, argumento vía WhatsApp.

Ese estudio permitió la aplicación de una metodología, propuesta en el 2019 y que en esa ocasión obtuvo premio de la Academia de Ciencias de ese año.

“Este nuevo reconocimiento más que envanecerme, me invita a seguir investigando, cómo el hombre modesto de ciencia soñado por Fidel”, sostuvo el estudioso, el cual laboró más de diez años en las minas de cromo de este propio territorio.

Allá en Angola queda este camagüeyano, con la máxima martiana, de que los conocimientos no solo tienen utilidad práctica y cognoscitiva, sino también desalienadora ante la crisis de valores y de mejoramiento humano.

Comparte esta noticia

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *