Trabajadores de maquiladoras siguen batallando por la mala atención en el IMSS

Ciudad Victoria, Tamaulipas, México, América.- A pesar de que la delegación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tamaulipas asegura haber reforzado sus plantillas con más de 200 médicos y enfermeras, la atención médica continúa siendo deficiente, denunció Dolores Zúñiga Vázquez, secretaria general del sindicato independiente de Maquiladoras.

Como ejemplo, señaló que para acceder a una consulta con un especialista, los pacientes pueden esperar hasta medio año, incluso en casos graves.

“Tengo trabajadoras enfermas, con problemas serios de salud, y les están programando la cita hasta dentro de seis meses”, afirmó.

Además de los largos tiempos de espera, expreso que contar con una cita no garantiza la atención médica. Relató el caso de una trabajadora que, pese a tener una consulta agendada con la ginecóloga y presentar presión alta, no fue atendida porque la doctora estaba de vacaciones.

“Gastó en pasajes y al final le dijeron que no la podían atender. Ni siquiera le avisaron por teléfono para avisarle de la cancelación de la cita”, lamentó.

Zúñiga Vázquez aseguró que estas situaciones se repiten en diversas especialidades, donde los plazos para obtener una cita son igualmente prolongados.

“Dicen que ya tienen más personal, pero la atención sigue igual. Seguimos batallando porque no hay médicos”, afirmó.

También denunció el desabasto de medicamentos en las farmacias del instituto, situación que orilla a algunos médicos del IMSS a recomendar a los pacientes dónde comprarlos por fuera. “Es un calvario para los trabajadores acudir a consulta”, expresó.

En Ciudad Victoria, se estima que alrededor de 6 mil trabajadores del sector maquilador están afiliados al IMSS. Sin embargo, ante la falta de atención y medicamentos, muchos no tienen más opción que buscar ayuda en el sector privado. Lo más doloroso —señala su dirigencia sindical— es que para poder atenderse, hay quienes terminan vendiendo lo poco que tienen: un electrodoméstico, una moto, una joya familiar. Otros más, empeñan lo indispensable con tal de aliviar su salud. Todo, por un servicio médico que por derecho les corresponde, pero que no les responde.

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