Homenajean al escritor Jorge Ángel Hernández en Cuba, la certeza expresiva y el valor

La Habana, Cuba, América.- Sin quitarse el polvo del camino, un camino bolivariano que lo condujo, días antes, a la Filven 2025 –a la que fue invitado para presentar su ensayo Artes de narrar, y su novela El festival de la muerte, el escritor Jorge Ángel Hernández Pérez recibió este miércoles, en la Biblioteca Nacional de Cuba José Martí, los honores propios del espacio El autor y su obra, del Instituto Cubano del Libro.
El agasajado fue presentado por medio de un audiovisual en el que se nos revelaron sus primeros instintos literarios, constatados en pequeños poemas que escribía de niño, y que ya en la adultez se manifestaron como una necesidad mayor, y fue entonces cuando decidió hacerse «en serio» un escritor, por lo que se sumó al movimiento de los talleres literarios.
Después pasaría de la poesía al cuento, a la novela, al ensayo, a la investigación, a la semiótica… Como narrador y ensayista de peso, como un autor que trabaja todos los géneros exitosamente –en el caso de los ensayos, con una exquisita indagación– y también como un reconocido editor y promotor cultural fue valorado en el material por escritores y amigos.
«Cuando llevo un tiempo sin hacer narrativa o poesía, ya mi vida empieza a exigírmelas», asegura el autor del libro de cuentos Mis noches con Julia Roberts, Premio Carpentier 2025.
Conducido por el periodista Fernando Rodríguez Sosa, un panel integrado por el poeta Virgilio López Lemus, el profesor universitario Fabio Fernández, y Fernando Rojas, asesor del Ministro de Cultura, sostuvo elogios y valoraciones en torno al quehacer creativo –30 libros publicados– de Jorge Ángel.
De exquisito puede calificarse el bosquejo que sobre la obra poética del autor expuso Lemus, estudioso infatigable de nuestra literatura. Entre sus consideraciones, avaló que «Hernández Pérez posee un rico mundo poético de obra variada, y si hay constantes entre sus libros, se debe a que el autor es, además, un ensayista, un hombre que piensa en temas determinados y, como casi todos los poetas, los repite, trabaja sobre ellos, insiste, crea textos».
De su «cualidad de creador poético, de artista de la palabra» dijo que «lo arrastra muchas veces al pensamiento en versos, a observar al mundo y replicarlo, pero con un sentido crítico, bajo el prisma de una aprehensión poética que no quiere difuminar contornos, sino precisarlos. (…) Creo que Hernández Pérez logra saber muy bien cuándo pone sus manos en terrenos líricos, y cuándo debe pasar a la prosa de pensamiento, en la que se desempeña con soltura y valor», comentó.
En la novela El festival de la muerte centró sus palabras Fabio Fernández, quien, como historiador, y también como un lector «prendado» ante la maravilla de un argumento en el que aparecen personajes históricos, como el Obispo Espada y Francisco de Arango y Parreño, explicó que su disfrute tuvo como elemento fundamental advertir que la novela estaba sostenida en una rigurosa recreación de época, que evidentemente le llevó al autor tiempo de estudio para poder colocar a sus personajes en una circunstancia verosímil.
La obra ensayística del autor fue abordada por Rojas, desde los títulos Sentido intelectual en era de globalización mecánica e Industria cultural e ideología: siete ensayos de participación en las contradicciones. «En el ensayista, la militancia es un arma de combate en toda su extensión», refirió, y aseguró que en el primero de los textos «el sentido intelectual es visto como un prisma que disecciona las causas y consecuencias de la actitud pusilánime de amplios sectores del pensamiento y la creación, ante los horrores del mundo contemporáneo, y, a la vez, acicatea, desde los argumentos y la ética, a revelar y poner en acción un compromiso y una responsabilidad imprescindibles con el antimperialismo y la transformación social».
