Reduciendo la vulnerabilidad al cambio climático en las estribaciones de Lesoto

Maseru, Lesoto, África.- A medida que los efectos del cambio climático se intensifican en Lesoto, las comunidades que viven en las estribaciones del país han comenzado a experimentar de primera mano los desafíos del clima extremo, la erosión del suelo y la escasez de agua.
Sin embargo, en medio de estas dificultades, los basotho demuestran una resiliencia notable, tomando medidas innovadoras para adaptarse y fortalecer sus medios de vida con el apoyo de la Autoridad de Gestión de Desastres (DMA) y otros socios.
Las regiones de las estribaciones de Lesoto, que se extienden entre las tierras bajas y las tierras altas, se encuentran entre las zonas agrícolas más productivas del país. Muchas familias dependen de la agricultura a pequeña escala, la cría de ganado y los recursos naturales para sobrevivir.
Sin embargo, el aumento de las temperaturas, las lluvias impredecibles y las graves sequías han sometido a estas comunidades a una enorme presión.
Según el Servicio Meteorológico de Lesotho (LMS), los patrones de lluvia se han vuelto cada vez más erráticos, lo que provoca tanto inundaciones como largas sequías. Estos cambios interrumpen los ciclos de siembra, reducen el rendimiento de los cultivos y aceleran la degradación de la tierra, obligando a muchos hogares a depender de la ayuda alimentaria o a migrar a las ciudades en busca de trabajo.
A pesar de estos desafíos, los basotho de las estribaciones participan activamente en iniciativas de adaptación. Mediante proyectos comunitarios apoyados por la Autoridad de Gestión de Desastres (DMA), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y los consejos locales, la población está aprendiendo a utilizar los recursos hídricos y de la tierra de forma más sostenible.
En los distritos de Thaba-Tseka y Berea, los aldeanos han comenzado a utilizar técnicas de terrazas y arado de contorno para reducir la erosión del suelo y retener el agua en las tierras de cultivo. Estas prácticas no solo protegen la tierra de la escorrentía, sino que también mejoran la fertilidad del suelo, lo que garantiza que los cultivos puedan prosperar incluso durante las estaciones secas.
La Sra. ‘Maseabata Ralebese, agricultora de Berea, explica cómo su comunidad se ha beneficiado de la capacitación impartida a través del Programa de Gestión Comunitaria del Riesgo de Desastres (CBDRM) de la DMA.
“Antes, perdíamos la mayor parte de nuestras cosechas cada vez que llovía mucho. Ahora construimos muros de piedra y sembramos pasto en las laderas. Esto ayuda a conservar el suelo y mejora las cosechas.
También cultivamos hortalizas en pequeños huertos familiares utilizando agua reciclada”, afirma.
La DMA, dependiente de la Oficina del Primer Ministro, desempeña un papel fundamental en la coordinación de las respuestas nacionales a los peligros relacionados con el clima.
En los últimos años, la autoridad ha pasado de centrarse únicamente en la respuesta a emergencias a fortalecer la resiliencia a largo plazo mediante la reducción del riesgo y la preparación.
En el marco de su Plan Nacional de Resiliencia, la DMA colabora estrechamente con los ministerios competentes, las ONG y los socios para el desarrollo con el fin de integrar la adaptación al cambio climático en la planificación comunitaria. Sus iniciativas incluyen:
El establecimiento de sistemas de alerta temprana para inundaciones y sequías.
Promover la agricultura climáticamente inteligente y la gestión sostenible de la tierra.
Fortalecer la coordinación con la Coordinación Nacional de Protección Social (CNPS) para asistir a las familias vulnerables mediante transferencias monetarias durante las crisis climáticas.
Apoyar a los equipos locales de gestión de desastres para evaluar los riesgos y preparar planes de contingencia.
La colaboración de la DMA con el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el PNUD también ha permitido la introducción de sistemas de protección social con capacidad de respuesta ante crisis, mediante los cuales los hogares que ya reciben subvenciones obtienen apoyo adicional durante las emergencias climáticas.
Este enfoque garantiza la asistencia oportuna y reduce la dependencia de la ayuda externa.
Las mujeres y los jóvenes de las estribaciones se encuentran entre los más afectados por el cambio climático, pero también son actores clave en la adaptación.
Gracias al apoyo de organizaciones como la FAO, ONU Mujeres y Catholic Relief Services (CRS), están aprendiendo técnicas agrícolas sostenibles, habilidades para la gestión de pequeñas empresas y medios de vida alternativos como la apicultura y la avicultura.
En Ha Ramorakane, una cooperativa de mujeres ha comenzado a producir carbón vegetal ecológico a partir de residuos agrícolas.
La líder del grupo, Matšepo Nthama, afirma que la iniciativa ha reducido la presión sobre los bosques locales y, al mismo tiempo, ha generado ingresos para las familias.
“Ya no talamos árboles para obtener leña. Nuestro proyecto beneficia al medio ambiente y sustenta a nuestras familias. Además, inspira a los jóvenes a quedarse en las aldeas y emprender sus propios proyectos”, declara.
El Gobierno de Lesotho ha reafirmado su compromiso con la lucha contra el cambio climático mediante políticas como la Política Nacional de Cambio Climático (2017) y la Estrategia de Cambio Climático de Lesotho (2020-2030).
Estos marcos promueven la acción coordinada entre sectores, con un fuerte enfoque en el fortalecimiento de la resiliencia en las zonas rurales y semirrurales.
Recientemente, la DMA se asoció con el PNUD para implementar el Proyecto de Fortalecimiento de los Sistemas de Información y Alerta Temprana sobre el Clima, cuyo objetivo es proporcionar a las comunidades datos y herramientas oportunos para gestionar los riesgos relacionados con el clima.
También se están elaborando planes para ampliar este proyecto.
y planes de seguro climático para agricultores, que les permitan recuperarse rápidamente de las pérdidas.
Si bien se han logrado muchos avances, aún queda mucho por hacer.
La financiación limitada, la infraestructura deficiente y el acceso limitado a los mercados siguen siendo obstáculos para la adaptación sostenible en las estribaciones de Lesotho.
Sin embargo, la creciente colaboración entre las instituciones gubernamentales, los socios para el desarrollo y las comunidades locales ofrece la esperanza de un futuro más resiliente.
