Explosión sacude el complejo judicial en la capital de Pakistán

Islamabad, Pakistán, Asia.- Una potente explosión sacudió el perímetro exterior del complejo judicial de distrito y sesiones en G-11 el martes, causando la muerte de doce personas y generando inquietud en la seguridad de la capital. La explosión se produjo cerca de la entrada principal, donde un vehículo se incendió repentinamente detrás de una barrera de seguridad antes de estallar en una devastadora explosión que generó una onda expansiva en toda la zona.
Testigos presenciales describieron escenas de pánico: el humo envolvía la puerta, los vehículos ardían y la gente corría para escapar. El abogado Rustam Malik, quien acababa de estacionar su auto cuando ocurrió la explosión, dijo que el impacto sumió la zona en el caos. «Vi dos cuerpos cerca de la puerta. Había autos en llamas. La gente corría en todas direcciones», relató.
Los primeros informes sugieren que la explosión se originó en un vehículo estacionado cerca de la entrada del tribunal, aunque los investigadores aún no han confirmado si se trató de un atentado suicida o de un artefacto explosivo improvisado. Ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad hasta el momento. La naturaleza sensible del lugar ha suscitado serias dudas sobre posibles fallos de seguridad, especialmente en una zona considerada de alta vigilancia.
Los equipos de rescate y las fuerzas del orden acordonaron rápidamente la zona, desviando el tráfico e iniciando una investigación exhaustiva. El incidente ha propiciado un debate urgente sobre el aumento de las amenazas a la seguridad y la vulnerabilidad de las instituciones públicas, incluso en el corazón de la capital federal.
Organismos jurídicos, organizaciones de derechos humanos y líderes cívicos condenaron el ataque, calificándolo de atentado contra la justicia y el orden público. Muchos advirtieron que este tipo de violencia socava no solo el sistema judicial, sino también la confianza de los ciudadanos que dependen de las instituciones estatales para su protección y el debido proceso.
Mientras continúan las investigaciones, la ciudad permanece en vilo, a la espera de respuestas y de que se rindan cuentas, mientras las familias lloran a las doce personas que perdieron la vida en uno de los atentados más mortíferos de los últimos tiempos en Islamabad.
