Este jueves se realiza la «Marcha de las Banderas» en la capital de Israel, que indigna a los palestinos

Jerusalén, Israel, Asia.- Se espera que decenas de miles de nacionalistas israelíes desfilen el jueves por el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén, en un acontecimiento anual que ha suscitado temores de violencia con la población palestina.

El desfile anual, que conmemora la toma de Jerusalén por Israel en la guerra de 1967, se ha convertido cada vez más en una demostración de fuerza para los nacionalistas judíos, mientras que para los palestinos representa una flagrante provocación destinada a socavar sus vínculos con la ciudad.

Alrededor de 2.500 agentes custodiarán la marcha e intentarán mantener un ambiente pacífico, dijo la policía, que se ha preparado para todos los escenarios, incluida la violencia y los cánticos antiárabes de algunos manifestantes hacia los palestinos y el lanzamiento de cohetes desde Gaza.

El grupo islamista Hamás, que gobierna Gaza, disparó cohetes contra Israel durante la marcha de 2021, desencadenando una guerra de 11 días en la que murieron al menos 250 palestinos en Gaza y 13 personas en Israel.

Con otra ronda de enfrentamientos entre Israel y los militantes de Gaza que no terminó hasta el pasado fin de semana, las probabilidades de una escalada de la violencia parecen escasas.

«No queremos la guerra ni una escalada, pero ellos no deberían imponernos una escalada», declaró Hussam Al-Simri, un vendedor de pollos de Gaza, donde está prevista una marcha paralela en la frontera.

Egipto, que medió en la tregua del sábado, ha estado hablando con Israel y las facciones palestinas para reducir las tensiones antes de la marcha.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, al frente de un Gobierno nacionalista-religioso, dijo que el acto se celebrará según lo previsto.

Para algunos, la marcha es también una cuestión religiosa. La Ciudad Vieja de Jerusalén alberga el complejo de la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam. También es el lugar más sagrado del judaísmo, que lo conoce como el Monte del Templo.

En abril, una redada de la policía israelí en este lugar provocó el lanzamiento de cohetes desde Gaza, Líbano y Siria.

La población palestina, que ve la marcha del jueves como parte de una campaña más amplia para reforzar la presencia judía en la ciudad a su costa, han expresado su enfado por el creciente número de visitantes judíos en Al-Aqsa, algunos de los cuales desafían la prohibición de rezar en su interior a los no musulmanes.

Hamás, que en los últimos años se ha erigido en defensor de los palestinos de Jerusalén y de los lugares santos musulmanes, instó a los palestinos a reforzar su presencia en el complejo religioso antes del jueves y a hacer frente a cualquier invasión israelí.

El ministro de Policía israelí, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, afirmó el miércoles en un mensaje de vídeo que los agentes detendrán cualquier intento de arruinar las celebraciones y prometió «una marcha de banderas (…), una ascensión de los judíos al Monte del Templo sin que nadie sufra amenazas ni daños».

Jerusalén está en el centro de décadas de conflicto entre israelíes y palestinos. Israel considera que toda la ciudad es su capital eterna. Los palestinos quieren la parte oriental como capital de un futuro Estado, la cual fue anexionada por Israel en un movimiento no reconocido en el extranjero.

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