Acciones gubernamentales que propiciaron la militarización en México

Tlalpan, Ciudad de México, México, América.- Durante las últimas décadas, el desarrollo de los grandes programas que dan sentido al crecimiento económico capitalista de México han utilizado la fuerza armada como herramienta de control y dominio, lo que ha provocado profundas tensiones entre las actividades extractivas y las comunidades afectadas por estos megaproyectos, señaló la doctora Aleida Azamar Alonso, en entrevista por su libro Disputa por los bienes naturales: militarización y fuerzas armadas en México.

Publicado por la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y Editorial Terracota, esta obra pone el énfasis en el análisis sobre los indicadores cuantitativos de la militarización, “veríamos que el país no sobresale, a diferencia de otras naciones como Perú, Brasil o Chile”, como lo refiere el capítulo dos del texto de la autoría de la investigadora del Departamento de Producción Económica en UAM Xochimilco.

Los indicadores cuantitativos consideran tres factores fundamentales: lo que se gasta en el ejército respecto del producto interno bruto, la cantidad de soldados que existen y las armas con que cuentan. En México ese gasto no es cuantioso, sin embargo, a nivel cualitativo el concepto de militarización tiene un peso mucho mayor.

La obra pone sobre relieve las acciones de gobierno que han dado pie a la militarización en México, así como la forma en que el Ejército se ha fortalecido poco a poco hasta desplazar a las fuerzas de seguridad locales en la protección de diversos megaproyectos extractivos. “Se sabe que este fenómeno sucede en muchos lugares del mundo, pero el libro se centra en el caso de nuestro país”, aclaró.

En el capítulo dos del texto, Detrás de la avaricia por los bienes naturales: militarización silenciosa en México, también se hace una revisión histórica de las intervenciones castrenses en los proyectos extractivos, que se intensificó durante la guerra contra el narcotráfico en el gobierno de Felipe Calderón.

La lógica de explotación de recursos naturales para sustentar el crecimiento económico sigue siendo parte del objetivo de los gobiernos mexicanos, y cualquier protesta contra esto representa una amenaza para el Estado y para los dueños del capital.

Asimismo, declaró que las comunidades en resistencia representan un obstáculo para los intereses del Estado, que ha optado por prácticas militarizadas que han generado una escalada de violencia.

El plan de industrialización del gobierno de Andrés Manuel López Obrador cree en que el modelo de desarrollo se basa en los megaproyectos que se están llevando a cabo, entre ellos el Tren Maya, el Aeropuerto Felipe Ángeles, la Refinería Dos Bocas y el proyecto Integral Morelos, y los ha militarizado para protegerlos, un ámbito que tradicionalmente era civil, como es la seguridad pública.

Este enfoque, apuntó, conlleva una serie de riesgos que debería considerar, ya que la militarización potencia la violación de los derechos civiles. Las fuerzas armadas están entrenadas primordialmente para enfrentar amenazas externas y en contextos de combate, no para interactuar con ciudadanos en situaciones cotidianas. Estas intervenciones pueden resultar en abusos contra la población civil, en tensiones arbitrarias, uso excesivo de la fuerza y violación de derechos humanos.

Azamar Alonso precisó que quienes conforman la Guardia Nacional provienen en muchos casos de instituciones militarizadas, y ciertamente han estado presentes en la construcción de los megaproyectos de la llamada Cuarta Transformación; por ejemplo, en el Corredor Transístmico hay comunidades que se oponen a esa infraestructura y han sido violentados por personal castrense o de la Guardia Nacional. “Lo que sucede es que se abordan los síntomas, no las causas”.

El libro plantea un cambio de paradigma en el que es necesario reconocer y respetar los derechos de las comunidades afectadas, demostrar formas de desarrollo más sostenibles y equitativas que requieren diálogo, transparencia, voluntad de escucha y atención a las preocupaciones de la población. En ese sentido, el texto representa una herramienta esencial para entender la complejidad del problema y para reflexionar sobre las posibles soluciones.

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