En Mauritania, con el proyecto SWEDD refuerzan la autonomía de las jóvenes mujeres en el Sahel

Nuakchot, Mauritania, África.- En todo el Sahel, la contribución de las mujeres jóvenes al desarrollo socioeconómico de sus comunidades y de su país es esencial.

Al tener acceso a mejores servicios de salud, educación, oportunidades económicas y participar en el proceso de toma de decisiones, pueden desempeñar un papel aún más importante en el crecimiento económico, la reducción de la pobreza, la mejora de la salud y la educación, y en muchas otras áreas.

Esto es lo que el Proyecto de Empoderamiento de las Mujeres y Dividendo Demográfico del Sahel (SWEDD), financiado por el Banco Mundial, está contribuyendo a lograr en Benin, Burkina Faso, Camerún, Costa de Marfil, Guinea, Mali, Mauritania, Níger y Chad, desde su lanzamiento. en 2015.

Financiado por la Asociación Internacional de Fomento (AIF), el fondo del Banco Mundial dedicado a los países pobres, el proyecto SWEDD tiene como objetivo abordar las causas fundamentales del matrimonio precoz, el embarazo adolescente y la deserción escolar, entre ellos, y promover el empoderamiento económico de las mujeres jóvenes.

El proyecto SWEDD apoya clubes comunitarios para niñas adolescentes y mujeres jóvenes (diseñados como espacios seguros), así como para hombres jóvenes (clubes de futuros maridos). El programa también apoya intervenciones que permitan a las jóvenes permanecer en la escuela secundaria.

Otras actividades apuntan a mejorar el acceso de las niñas a productos y servicios de salud materna y reproductiva de alta calidad, así como su participación en actividades generadoras de ingresos. Los datos del proyecto revelan que cientos de miles de niñas, que a menudo viven en zonas remotas, se han beneficiado del proyecto SWEDD.

Niñas jóvenes participando en capacitación en habilidades para la vida en un espacio seguro en Chad. © Vicente Trémeau

Hallazgos y lecciones aprendidas de la implementación

Comprender el éxito de intervenciones regionales a gran escala como SWEDD requiere responder preguntas clave: ¿Qué sucedió entre bastidores para permitir que las actividades dieran frutos? ¿Cómo se diseñaron y planificaron las actividades del proyecto?

¿Cómo se animó a participar a las comunidades locales (niñas, niños, líderes religiosos, padres, etc.)? ¿Quién seleccionó, contrató y capacitó a los líderes de los grupos comunitarios? ¿Cuáles fueron los desafíos que enfrentó el personal del programa en el campo? ¿Y cómo funcionan realmente la supervisión y el seguimiento continuos?

El equipo SWEDD del Banco Mundial, en asociación con la Oficina Regional del UNFPA para África Occidental y Central (WRAOC), las unidades de implementación de proyectos a nivel nacional, así como los múltiples socios técnicos1, han emprendido una documentación rigurosa de estos temas.

He aquí las cuatro principales lecciones aprendidas de la experiencia de Burkina Faso, Costa de Marfil, Malí, Mauritania, Níger y Chad:

1. ¡El liderazgo importa! Reclutar y retener facilitadores capacitados y proveedores de servicios de salud para espacios seguros y clubes de maridos es fundamental para la calidad y la sostenibilidad del programa.

Los facilitadores confiables, informados y motivadores inspiran a niñas y niños a asistir a clubes, absorber lecciones, buscar y utilizar servicios. Por lo tanto, es esencial (i) definir cuidadosamente los criterios deseados para los administradores y proveedores potenciales en consulta con todas las partes interesadas; (ii) seleccionar personas con potencial de liderazgo y con antecedentes similares a los de los beneficiarios del programa; (iii) asignar tiempo y presupuesto de capacitación adecuados; y (iv) ofrecer salarios y apoyo adecuados.

2. La participación de la comunidad implica más que reuniones. Alentar a las comunidades a participar en un programa requiere más que una reunión inicial con los ancianos y los padres de la comunidad, especialmente si se trata de temas delicados como el empoderamiento de las mujeres y las adolescentes.

Las partes interesadas deben participar de principio a fin, desde la concepción y el diseño hasta la implementación y evaluación. Deben reflejar la diversidad e incluir líderes administrativos, políticos, religiosos y comunitarios, niñas, niños, padres y ancianos, asociaciones de parteras y otros grupos comunitarios.

El uso de diferentes medios de comunicación es beneficioso para llegar y motivar a diferentes audiencias: anuncios de radio, campañas de concientización, actividades puerta a puerta, diálogos comunitarios y Visitas a domicilio al final del día. En Mauritania, por ejemplo, los imanes utilizaron la radio para luchar contra los matrimonios precoces.

Lucha contra los matrimonios precoces a través de programas de radio en Mauritania. ©Vincent Trémeau

3. Es fundamental abordar los obstáculos. Los retrasos en la aprobación, la adquisición y la implementación pueden afectar significativamente la prestación de servicios a los beneficiarios.

Por ejemplo, los kits de higiene menstrual, destinados a ayudar a las jóvenes malienses a permanecer en la escuela, no se distribuyeron a tiempo y no eran suficientes. En Mauritania, el retraso en la aprobación del proyecto afectó a las actividades previstas en el marco de los espacios seguros.

En otros lugares, una demora demasiado larga entre la identificación de los beneficiarios y la implementación de las actividades resultó en una tasa de participación más baja de lo esperado, porque los participantes identificados ya no estaban. Para las mujeres que viven en zonas remotas de Costa de Marfil, la falta de transporte adecuado ha resultado en un acceso limitado a productos y servicios de salud reproductiva.

Las soluciones recomendadas incluyen la aprobación oportuna de las decisiones, financiación adecuada y requisitos logísticos bien diseñados, uso de técnicas de extensión innovadoras y capacitación de líderes de grupo y proveedores comunitarios adicionales para que sea posible asumir el control en caso de la posible partida del personal ya capacitado. .

4. El seguimiento, la evaluación y el aprendizaje (MES) deben ser continuos. Garantizar una EAE rigurosa y continua sigue siendo un desafío. El personal debe estar bien capacitado y tener el tiempo y los fondos para recopilar datos sólidos.

También es importante establecer una estrategia con antelación para documentar y compartir las lecciones aprendidas de la implementación del proyecto para permitir incorporar posibles reorientaciones en tiempo real. “El seguimiento, la evaluación y el aprendizaje deben ser regulares”, comentó un actor de SWEDD en Mauritania. “No se debe esperar al final de una actividad para iniciar un proceso de seguimiento y evaluación. »

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