Espera el fallo en San Marino, tras la condena definitiva de ex Regente, por actos indecentes

San Marino, San Marino, Europa.- Tras la acusación dictada por el juez de instrucción, tres magistrados de alto rango determinaron definitivamente los hechos y condenaron definitivamente al ex Capitán Regente. Por lo tanto, Giacomo Simoncini sigue condenado por «actos indecentes» (recordemos que, al momento de los hechos, cometidos hace más de tres años, aún no se había promulgado la reciente ley que tipifica el delito de «acoso sexual»), por haber cometido un «acto cobarde, inescrupuloso y deshonroso» contra un empleado de la Secretaría Institucional mientras ejercía sus funciones como Jefe de Estado.
También se le condenó a indemnizar a la víctima, al Estado y a la Autoridad para la Igualdad de Oportunidades. La sentencia de apelación, confirmada recientemente por el juez de tercera instancia, detalló la despreciable exhibición de genitales por parte del Regente dentro del Palacio Público en detrimento de una empleada asignada a la Regencia.
Reconoció las repercusiones en la vida personal, familiar y laboral de la víctima, así como el sufrimiento que sufrió como consecuencia del juicio que afrontó con tanta valentía. Afirmó que «el acto impensable cometido por el Regente… ha comprometido la imagen del Estado, no solo en los medios de comunicación, sino también, mucho más profundamente, en la opinión pública, socavando la credibilidad, la autoridad y el prestigio que deben rodear a esta función».
En este momento, esperamos la reanudación del proceso de la Unión de Mujeres Sammarineses, promovido por nosotros en la Unione Donne Sammarinesi contra el ex Capitán Regente hace más de tres años, que había sido suspendido temporalmente por la Junta de Garantía a la espera de la conclusión del proceso penal. La UDS reitera que se debe respetar a la parte perjudicada, incluso evitando la victimización secundaria en los medios de comunicación.
Es necesario impulsar finalmente el crecimiento —no solo legislativo, sino también, y sobre todo, cultural— del respeto y la protección de las víctimas de violencia de género. Estos graves incidentes no deben minimizarse, especialmente cuando son cometidos por la máxima autoridad del país en el ejercicio de sus funciones. Salvo casos excepcionales y voces individuales, el silencio de la política y la sociedad civil en los últimos años ha sido casi ensordecedor, como si quisieran dejarlo todo en el olvido.
Nuestro compromiso no se dirige a ninguna persona en particular, sino a concienciar a todo el país sobre los límites del respeto mutuo (exponerse frente a otra persona, sin su consentimiento, y aprovecharse de la propia posición de poder no puede considerarse una «broma») y esperamos que todos trabajen para garantizar que incidentes tan desafortunados no se repitan.